El exceso de tareas, la acumulación de trabajos pendientes, las fechas de entrega o la tensión que en ocasiones generan las relaciones personales en el trabajo, pueden llevarnos a ese estado mental.
Cuando eso te sucede en otro entorno, quizás puedas salir a la calle o llamar a alguien o simplemente paras a descansar, pero en el trabajo no siempre podemos contar con ese tiempo o ese espacio para hacerlo.
Lo ideal es que no esperes hasta ese estado de lucha o huída.
La respiración controlada no solo mantiene la mente y el cuerpo funcionando lo mejor que puede, sino que también puede bajar la presión sanguínea, promover sentimientos de calma y relajarse y hasta ayudar a desestresarnos.
La respiración alterna te ayudará a equilibrar, en los momentos que no sabes como seguir, necesitas claridad en tus pensamientos, y despertarte.
Te sientas en el borde de la silla en la que te encuentres, antes tomas una respiración larga y profunda por la nariz y exhala por la nariz y vas conectando con tu respiración natural, después de un par de respiraciones profundas, con tu pulgar de la mano derecha, cierras la fosa nasal derecha e inhalas por la fosa nasal izquierda, cierras con el índice la fosa nasal izquierda y exhalas por la fosa nasal derecha, inhalas por la fosa nasal derecha, cierras la fosa nasal derecha y exhalas por la fosa nasal izquierda, una vuelta es hasta que vuelvas a exhalar por la fosa nasal izquierda. Tienes que hacer al menos, 7 vueltas, verás que después de la práctica te sentirás más tranquilo y despejado.