Si estás en el mundo de Mindfulness sabrás de lo que hablo, en muchos de los libros lo primero que se explica para entender qué es Mindfulness, son los modos de la mente.
Para mí, entender los modos de la mente me ayudó a ver en qué estado me encontraba.
Muchas veces, sin ser conscientes, estamos en diferentes tipos de modos que no sabemos identificar, pero si practicamos el mindfulness, pasaremos del modo hacer, al modo ser más seguido durante el día ya que seremos conscientes de nuestro momento presente, y esto, nos ayuda a identificarlos y vivirlos de forma consciente.
El modo hacer implica vivir la mayor parte del día con el piloto automático encendido mientras se realizan diferentes acciones: caminar, conducir, comer, trabajar e incluso a menudo, comunicarnos, sin una conciencia clara de lo que estamos haciendo.
La acción se pone en marcha de manera automática cuando se detecta una diferencia entre lo que tenemos y lo que queremos. Nos centramos exclusivamente en nuestros objetivos y perdemos de vista el presente, que empieza a desdibujarse.
El modo ser es, especialmente al principio, intencional y no automático. Esto implica la capacidad de elegir la próxima acción, en lugar de mantenernos dentro de la comodidad de la rutina. Esta actitud permite permanecer en el momento presente y ser más consciente de las experiencias a medida que se producen.
Desde un punto de vista de neurocognitivo, el mindfulness puede identificarse como un proceso cognitivo muy complejo, no narrativo, que se ha llamado “modo ser”, en contraposición con la forma común y caótica en la que funciona nuestra mente en la vida diaria, que se describe como “modo hacer” (Williams, 2010).
El modo hacer analiza, piensa y planifica. Nos obliga a estar demasiado tiempo en nuestra cabeza sin prestar atención a lo que ocurre a nuestro alrededor. Vivimos de esta manera dentro de nuestros pensamientos.
Vivimos en un mundo donde hemos de realizar diversas actividades y tareas en el día (multitarea) pero la cuestión es: si todas tienen que ser a la vez, es decir, “simultáneamente” o pueden esperar.
El modo hacer analiza, piensa y planifica. Nos obliga a estar demasiado tiempo en nuestra cabeza sin prestar atención a lo que ocurre a nuestro alrededor. Vivimos de esta manera dentro de nuestros pensamientos.
Vivimos en un mundo donde hemos de realizar diversas actividades y tareas en el día (multitarea) pero la cuestión es: si todas tienen que ser a la vez, es decir, “simultáneamente” o pueden esperar.
Diversos estudios muestran que dicha percepción no se ajusta a la realidad, la cual con frecuencia revela que incrementamos la probabilidad de cometer errores al hacer varias cosas a la vez. Por ejemplo, si hemos de redactar un informe y a su vez contestamos al Facebook y miramos el whatsapp 8 veces, la calidad de nuestro trabajo puede verse afectada.
Por eso es beneficioso tener entrenado el modo ser o mindfulness para poder tener elección y recurrir a él a nuestro antojo.
Se trata de tomar contacto con el mundo y con los sentidos, ver, escuchar, tocar, oler y saborear las cosas como si fuera la primera vez. Recuperar la auténtica curiosidad por el mundo. Despertar lo que está ocurriendo en ti y en tu interior en cada momento.
Para que entendamos mejor estas dos formas de funcionamiento de la mente, os dejo un esquema de Javier García Campayo y Marcelo Demanrzo (Mindfulness curiosidad y aceptación)
Estas dos formas de funcionamiento de la mente no siguen un modelo del tipo “todo o nada”. El tema no es ahora estoy exclusivamente en modo hacer o exclusivamente en modo ser, sino que constituye un modelo continuo de interacción entre ambas formas de funcionar.
Puedo estar funcionando a un 80% en modo hacer y a un 20% en modo ser, o un 50% en cada modo, etc. La idea sería en cada actividad que realizamos, modular la intensidad del modo hacer/ser que necesitamos. El modo ser se asocia al bienestar psicológico. Por el contrario, el modo hacer está más ligado a la patología, sobre todo cuando lo utilizamos, no para solucionar temas de la vida diaria, sino para cambiar estados psicológicos. De hecho, el protocolo de MBCT (Mindfulness-based Cognitive Therapy) considera que la principal habilidad que desarrolla, es la capacidad de poder cambiar el modo de funcionamiento de la mente de hacer a ser.