Hoy quiero hablar de un elemento sutil y a la vez muy potente, espacio o ether en sánscrito akash
Todo cuanto existe se da en el espacio. El elemento éter, también llamado espacio, es un increíble quinto elemento mucho más sutil que el aire, el agua, la tierra o el fuego, en él todo se hace y todo se disuelve, por lo cual lo hace ser el más sutil de los elementos.
Es el fluido que llena el universo, el espacio consciente que sostiene todo lo que existe. Es intangible pero preciso para la existencia, es el principio y el final de todo.
Lo que consideramos con nuestros sentidos como espacio no es tal, pues lo que vemos como vacío en realidad es aire con millones de partículas flotando. Entendemos por espacio aquello en donde está es aire. No es pues una realidad sensorial.
En nosotros este quinto elemento representa la consciencia despierta, es decir a darnos cuenta de la realidad de lo que somos y de lo que todo es.
El éter, según algunas filosofías, es la energía de la que estamos hechos y con la que estamos conectados y por lo tanto la que favorece la espiritualidad y el misticismo.
Cuando el elemento éter se encuentra presente en nosotros experimentamos un estado de presencia, franqueza y libertad, una sensación de totalidad de plenitud, unión y paz. Nos capacita para la meditación y nos proporciona conexiones espirituales.
Cuando este elemento está equilibrado tenemos tiempo para todo, tolerancia para todo, lugar para todo. Vaya que todo tiene cabida en nosotros y somos capaces de aceptar, entender y procesar todo lo que nos pasa.
Cuando se encuentra en desbalance aparece apatía, fragmentación,
nos encontramos “flotando” sin conexión con los demás elementos. Estamos perdidos en la realidad que no entendemos. Estamos desarraigados de lo que es la vida, hasta llegar por ello a depresiones. No sabemos qué o quienes somos.
Por otra parte, la falta de espacio hace que la persona se vea dominada por las circunstancias y cualquier pequeño problema parezca una montaña. Además, tener poco espacio hace que otro elemento se manifieste en exceso y ello determina nuestras reacciones.
Trabajar el elemento espacio supone conocer la naturaleza de la mente. Y ello nos hace libres pues no dependemos de las circunstancias externas que pasan en nuestra vida. No buscamos afuera la causa de nuestros males o problemas.
No nos identificamos con nuestros errores o situaciones personales, nos aceptamos a nosotros mismos y ponemos nuestro juicio propio por encima de opiniones ajenas. No juzgamos ni catalogamos las cosas y tendemos a salirnos del mundo dual de bueno/malo. Practicar estos puntos supone equilibrar el elemento espacio.
Este elemento engloba a todos (por algo es el espacio) y si todos los otros elementos están equilibrados también lo está el espacio.
Estrategias para potenciar el elemento éter:
Entonar Mantras: estos son algunos de ellos:
OM AH HUM.
OM MANI PADME HUM.
YO SOY LO QUE SOY
Posturas de Yoga que ayudan a equilibrar el elemento éter:
Salamba Sarvangasana (postura sobre hombros)
Halasana (el arado)
Matsyasana (postura del pez)
Perro boca arriba llevando la barbilla hacia el hombro, o cualquier postura en donde giremos cabeza hacia un lado y hacia el otro.