¿Qué es una asana?
Antiguamente el tercer miembro del Yoga no se consideraba el más importante, aunque en Occidente se ha convertido en el más practicado y conocido. La finalidad de asana (posturas) era preparar el cuerpo para los largos periodos de concentración y meditación necesarios para conseguir la absorción, la unión con la realidad última, y la iluminación.
Ahora, la práctica física es la típica introducción al Yoga para conseguir un cuerpo más flexible y equilibrado. Algunas personas se sienten atraídas hacia esta práctica como método para reducir el estrés. No obstante, la belleza de la práctica de Asanas radica en que te abre la puerta para que puedas conocer la riqueza de los Ocho miembros del Yoga, en caso de que elijas abrir los ojos.
En el mundo contemporáneo, donde muchos de nosotros estamos en constante movimiento, la práctica puede ralentizarnos y ayudarnos a salvar las desconexiones entre el cuerpo, la mente y la respiración. También se puede practicar para aumentar la fuerza y la flexibilidad, mejorar el equilibrio y la fuerza central, y traer un sentido de atención plena a nuestra vida diaria.
El Yoga Sutra de Patanjali establece que asana debe lograr un equilibrio entre firmeza y tranquilidad (sthira-sukham asanam). sthira, que podemos interpretar como estar firme, sólido y permanente, una especie de continuidad sin cambios y un estar en alerta.
Sukha, significa algo espacioso y cómodo, agradable y sin esfuerzo, que permite el abandono y que se adapta al cambio.
Algo similar encontramos en un āsana: están las bases posturales que nos permiten adoptar una postura sin riesgo, con los apoyos firmes y la proyección de todos los segmentos; seguida por la conciencia respiratoria que pone el énfasis en cada postura y favorece la movilización de la energía; y también nuestra atención que secunda las fases por las que pasa una postura y reconoce los momentos necesarios de inflexión.
Necesitamos que la postura sea estable, la respiración profunda y la atención relajada firme, sólida y permanente, una especie de continuidad sin cambios y un estar en alerta.
Trabajo de posturas, práctica física que ayuda a un control corporal y mental.
La práctica diaria de asanas desarrolla un cuerpo ligero, fuerte y puro, ayudando así al desarrollo espiritual.
Las asanas ayudan a eliminar las afecciones que distraen a la mente y el cuerpo, desintoxica los órganos internos y el sistema nervioso. Favorece al desarrollo positivo de tu cuerpo. Aunque se trate de un trabajo físico, existe un trabajo mental de atención meditativa a través de la respiración, mientras practicamos, meditamos, y el cuerpo se fortalece y flexibiliza junto a la mente, llegando a sentirte más en paz contigo mismo y el resto.
La práctica física sirve a las personas de muchas formas y las empresas se están empezando a dar cuenta de ello, como lo he descrito en otro artículo, empresas, como Apple, GE, Google etc. ofrecen formaciones y clases en la empresa para sus empleados, porque se han dado cuenta de los beneficios que le aporta a la compañía que sus trabajadores estén con los pies en el suelo, tranquilos y concentrados.
yo quiero seguir con tus enseñanzas.
mi mente y mi cuerpo necesitan esa luz y salud que das